Pero ¿cómo te han podido dejar entrar en el Olimpo de los Dioses con lo cabronazo que eres? Además, le estás haciendo la competencia de una forma del todo inaceptable al todopoderoso.
Nadie puede vivir sin ti. Incluso cuando haces ese doble check como si de un corte de mangas se tratara. Todos te veneran.
Conozco gente que incluso te pone bajo su almohada. Vaya a ser que de madrugada te de por comunicarte y mandar algún mensajito que se deba leer ipsofácticamente.
Mi amigo Lucas mataría por ti. Te lleva en su pecho y te mira embobado todo el día. Incluso en esos días en los que no dices esta boca es mía, él te mira y te mira por si acaso cambias de opinión y le dices un algo. Da igual que se trate de una carita endemoniada o de una sonrisa enlatada . Lo que sea, por Dios, pero no te olvides de él ¡que se me viene abajo!
Mi amigo Iñaki, sin ir más lejos, ya no necesita el teléfono desde que te tiene a ti.
Para qué, si tú se lo cuentas todo ¡chivato!
El otro día le llamé y te dijo que me dijeras, que estaba de viaje, que qué quería…mal rollito..
Te leí mientras me tomaba unos kikos y se me atragantaron todos haciendo un tapón en mi garganta.
Había una multitud de personas a mi alrededor porque estaba en un centro comercial, pero nadie me socorrió porque estaban todos de cháchara contigo.
Tuve la suerte de que un indigente que hacía guardia en la puerta de un cajero, me diera un buen sopapo en la espalda.
Me di de bruces contra el suelo mientras los kikos volaban por todas partes saliendo disparados de mi tráquea.
¡Maldito Whatsaspp!